Durante el fin de semana de la Super Fórmula en Suzuka, Japón, se realizaron exhibiciones que combinaron autos autónomos de la serie A2RL y pilotos humanos. Los vehículos de inteligencia artificial, aunque diseñados para enfrentar este circuito técnico, tuvieron dificultades debido a la complejidad del trazado y la menor precisión en la interpretación del agarre en curva. Durante la demostración, uno de los autos de IA, «Yalla», sufrió un trompo al perder presión en un neumático y chocó, frustrando un enfrentamiento esperado con el expiloto de F1 Daniil Kvyat.
Los desarrolladores enfrentaron desafíos en la adaptación de los autos autónomos al circuito y en la precisión del software de control, algo que el Dr. Giovanni Pau describió como un «niño aprendiendo a andar». Para mayor seguridad en la pista, los vehículos fueron ajustados al 80% de su capacidad, priorizando la protección de los pilotos humanos.
Adicionalmente, el software aún no consigue imitar la preparación física de los pilotos, como el calentamiento de los neumáticos. A pesar de estos retos, el proyecto de la A2RL ha avanzado significativamente, y su rendimiento en tiempos de vuelta ha mejorado en circuitos como Yas Marina, con expectativas de un desempeño aún mejor en el futuro.
Aunque el incidente en Suzuka puso en evidencia los desafíos restantes para los autos autónomos, los organizadores confían en que con mejoras en el software y la mecánica, la IA podrá competir más estrechamente con pilotos humanos. La presencia de estos monoplazas en un evento de renombre reafirma que, aunque en desarrollo, la tecnología avanza hacia una integración en el automovilismo profesional.