El Porsche LMP 2000, diseñado para conquistar las 24 Horas de Le Mans en la categoría LMP900, revivió tras pasar 25 años oculto bajo una lona en el Centro de Desarrollo de Weissach. Este prototipo, desarrollado en 1999, se canceló por motivos presupuestarios, dejando su potencial sin explorar. Ahora, gracias al equipo de Museo y Patrimonio de Porsche, ha vuelto a rugir, recordando la pasión y la innovación que definieron su creación.
El Renacimiento de un Proyecto Icónico
El LMP 2000 recorrió apenas 78 km antes de ser archivado, pero su restauración trajo de vuelta a las figuras clave que participaron en su desarrollo. Entre ellas, el piloto Allan McNish, quien lo condujo en 1999, y Norbert Singer, uno de los ingenieros detrás de las 19 victorias de Porsche en Le Mans. Este reencuentro permitió rememorar el esfuerzo y las emociones que rodearon al proyecto, apodado «9R3» internamente.
Un Viaje al Pasado y un Salto al Presente
El coche fue equipado con un motor V10 atmosférico de 5.5 litros, capaz de generar más de 600 CV, y diseñado para pesar menos de 900 kg. Estas características, junto con su aerodinámica avanzada y su capacidad para triples stints, prometían eficiencia y velocidad en pista. Su restauración implicó el uso de tecnologías modernas, incluida la colaboración con el equipo de Fórmula E de Porsche para reactivar el sistema de cambios mediante una unidad de control contemporánea.
Un Legado que Inspira
En su 25º aniversario, el LMP 2000 no solo demostró ser un triunfo técnico, sino también un homenaje a quienes lo hicieron posible. La restauración subraya los valores de Porsche: innovación, perseverancia y pasión por la excelencia. Aunque nunca compitió, el LMP 2000 sigue siendo un símbolo de lo que pudo haber sido y de lo que representa en la historia del automovilismo.