El piloto español se quedó fuera de la clasificación tras ser estorbado por Isack Hadjar. El ritmo estaba ahí, pero la suerte volvió a darle la espalda.
El resumen del desastre: buen ritmo, pero sin recompensa
Carlos Sainz llegaba a Canadá con buenas sensaciones. En los Libres 1, logró un prometedor tercer puesto, demostrando que el coche tenía ritmo para aspirar a más. Sin embargo, la clasificación volvió a truncarse antes de lo previsto.
Una Q1 marcada por el tráfico y la mala suerte
Cuando se jugaba el pase a la Q2, Sainz se topó con Isack Hadjar en pista, quien lo obstaculizó en su vuelta rápida. Ese incidente, sumado a una bandera roja mal sincronizada, selló su eliminación temprana.
“Nos han fastidiado el fin de semana. El coche iba mejor, pero no parece que todo acabe de cuadrarse”, declaró visiblemente frustrado el piloto de Ferrari.
Una oportunidad más que se escapa
A pesar del potencial mostrado durante los entrenamientos, Sainz saldrá en la 17ª posición el domingo, muy por debajo de lo esperado. El español fue claro:
“Intentaré remontar todo lo que pueda, pero no debería estar saliendo el 17 con el ritmo que tenía”.
Declaraciones tras la clasificación
Sainz no escondió su decepción en declaraciones a DAZN Fórmula 1: “Muy mala ejecución, muy mala suerte. Esas cosas no deberían pasar en un momento tan clave”. También fue crítico con las circunstancias externas que marcaron su eliminación: “Da igual ir rápido en los Libres si luego te pasa esto. Aquí la clasificación lo es todo”.
¿Hay margen para la remontada?
Aunque el ritmo está, la carrera se plantea cuesta arriba. Para aspirar a puntos, Carlos necesitará una salida perfecta, aprovechar errores de otros pilotos y una estrategia impecable del equipo.
Una historia que se repite
Este nuevo revés no es un hecho aislado. Sainz resume su temporada como “la historia del año”: tener ritmo pero no resultados. Si bien hay margen para mejorar, el GP de Canadá deja claro que la suerte y la ejecución siguen siendo factores clave.