La crisis financiera de KTM

Los problemas financieros de KTM siguen generando polémica en Austria, con una deuda que roza los 3.000 millones de euros. La situación ha obligado al fabricante a anunciar el despido de 750 empleados antes de fin de año, mientras que los salarios de noviembre y las primas navideñas aún no se han abonado. A pesar de promesas de pago adelantado para diciembre, esta garantía no se ha cumplido, dejando a los trabajadores en una posición crítica.

La Cámara de Trabajadores de Alta Austria ha declarado que la empresa, en su estado actual de insolvencia, es incapaz de cumplir con sus compromisos. Andreas Stangl, presidente de la Cámara, expresó duras críticas hacia Stefan Pierer, director general de KTM, cuestionando su liderazgo. «No es aceptable que el Sr. Pierer desaparezca cuando más se le necesita», afirmó Stangl, mientras los sindicatos calificaron la situación como un «golpe en la cara» para los empleados afectados.

La producción de motocicletas en la planta de Mattighoffen se detuvo el pasado viernes, una semana antes de lo previsto, y no se espera su reactivación hasta marzo de 2025. Mientras tanto, KTM cuenta con un stock de 130.000 motos que podrían quedar inutilizables tras la entrada en vigor de la normativa Euro 5 el 1 de enero, a menos que logren obtener exenciones para modelos en fase final.

La filial Vöcklabrucker Metallgießerei GmbH, adquirida recientemente, también ha sido declarada en quiebra. La deuda acumulada asciende a 3,5 millones de euros, afectando a 134 empleados. Esta crisis refleja las dificultades de KTM para mantener operativa su cadena de suministro y cumplir con los compromisos financieros en sus diferentes áreas de negocio.

El futuro de KTM podría definirse en las audiencias judiciales que se llevarán a cabo en las próximas semanas, con decisiones clave programadas para febrero de 2025. Los acreedores tendrán que votar sobre un plan de reestructuración propuesto, mientras el fabricante sigue adelante con sus actividades de MotoGP, intentando proteger su prestigio en el deporte a pesar de la congelación de su desarrollo técnico.

Esta crisis financiera no solo pone en juego la estabilidad de KTM, sino también el futuro de sus empleados y la continuidad de sus operaciones en un mercado automotriz cada vez más exigente.

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